lunes, diciembre 25, 2006

Las Amistades deben Remitirnos a Jesucristo


En algunos momentos revisamos cómo vamos con nuestras amistades. Es como una evaluación, pero nos damos cuenta que nos hemos topado con cosas, que no nos agradan... ¿Quiénes somos cuando estamos con ellos, por qué nos comportamos de manera distinta? ¿Qué quieren que seamos, que digamos, que hagamos?

Por qué, si así son nuestras amistades, sentimos que no estamos llenando ese espacio en nuestros corazones. Por qué hacemos todo esto para complacerlos y no para complacernos a nosotros mismos.

Nuestras amistades deben remitirnos a Cristo, debemos sentir que podemos cuidarlos, aceptarlos, quererlos, guiarlos, pero lo mas importante, dejarlos ser lo que son.

Si tus amistades no concuerdan con tu ejemplo de vida, sufres las consecuencias de tratar y tratar de que algún día cambien para bien. Por ejemplo en la Universidad, yo hago coro con personas que solo hablan obscenidades, y sucede que para encajar me he visto hablando las ismas vulgaridades, pero al darme vuelta, me doy cuenta que no hago falta en ese grupo, ni me hace falta a mi. ¿Entonces porque me les sigo acercando?

No me gusta la bebida, no me gusta el cigarrillo, y aun asi soporto que algunas personas fumen cerca de mi, y si beben me dan ganas de no decirles que no por quedar mal delante de ellos. ¿Que sucede con mi fuerza de voluntad? Será que si decido alejarme, me extrañarán y entenderán porque lo hice, o solo me criticarán.

Si en verdad les importo, me buscarán, ¿Y si no?

AMIGOS VERDADEROS SON POCOS, CONOCIDOS LOS QUE NOS PUEDEN CONFUNDIR PARA QUE ABANDONEMOS NUESTROS PRINCIPIOS. YO ME QUEDO CON LOS AMIGOS.

No hay comentarios.: